Si, si, Colombia, si, si, al cine… Al leer los posters oficiales de
Milla 22: El Escape, podemos deleitarnos con el anuncio: “Filmada en Colombia”,
aunque sus locaciones se centraron solo en Bogotá. Siempre será un momento
catártico al margen de consabidos estereotipos del género, la aparente
omnipotencia del héroe para dejar tendidos a su paso a cientos de poderosos
enemigos en una historia fluida
sustentada en el derroche visual de coreografías de combate y persecuciones
automovilísticas, todo ello soportado en los 1.73 m de estatura y
la destreza del actor Mark Wahlberg. Aunque
para ser sincero, me gustaba más en su etapa de cantante.
La película llega a Colombia desde este 30 de agosto para poner de
fiesta la acción y la musculatura femenina y masculina. A pocos minutos de
empezar vemos al grupo de Wahlberg en plena
misión suicida donde sin previo aviso, la cámara se inunda de humo, sangre y
escenas de acción, generando en el espectador su primer salto de adrenalina.
Pero muy a nuestro pesar – ya sabrán cuando miren la película – las cosas no
pasan según lo planeado.
Entre los incontables valores agregados de esta producción se encuentra
la actuación sudorosa –más no sensual- de Lauren Cohan, que recordamos como una heroína y
mamá luchona –En todo el buen sentido del calificativo- contra los zombies de
la serie ´The walking dead´. Además del gran actor John Malkovich, que encarna
al director y cerebro del arma
más sofisticada de la CIA: Ground Branch; ‘Milla 22: El Escape’ es una
película concebida para el entretenimiento. Resulta absurdo criticarla por la
supuesta invicibilidad de los héroes, ya que justamente lamentamos que la
actuación de Malkovich sea algo desapercibida en
el género de acción. Este es un producto que la audiencia popular recibe
entusiasmada, ya que corresponde a la simple fórmula de estrepitosa acción,
explosiva pirotecnia, causa justiciera, palomitas, diversión y los musculosos
cuerpos de los intérpretes en primer plano.
“Lo que realmente nos ayudó en
esta película fue ir a Bogotá, ya que allí no han grabado mucho, entonces la
arquitectura y las calles resultan ser algo nuevo”, señala Berg.
Destaca más allá del guion y su score, una fotografía impecable casi en
3D, aunque con un giro de empaque televisivo y ‘light’ como podemos testimoniar
en las escenas de acción caóticas que le restan al público la sensación de
estar integrados en las imágenes, algo imperdonable en el cine de acción ya que
la mayoría de nosotros disfrutamos sumergiéndonos en las historias para sentir
los embates de su protagonista, sensación que esta cinta nos deja con un regusto
amargo.
Es obvio que hay que sintonizarse en la propuesta de acción y thriller
que hace el fluido guion de Lea Carpenter, que propone muy poca profundidad intelectual, pues al
ser una manifestación pura del género de la acción, el olor a pólvora y sangre
oxidada invade la pantalla, impulsada por
el coctel molotov de músculos y misterio de Iko Uwais que encarna un agente dispuesto a
traicionar a su país mientras explota golpes a base de artes marciales.
En definitiva esta cinta calará duro en el corazón de los colombianos gracias
al despliegue de excitantes momentos de imparable acción: El correteo del
angustiado Wahlberg junto con su equipo
buscando llegar sanos y salvos al aeropuerto; la persecución de los malos a
través de estrechas callejuelas de Bogotá; y en general, todas las convincentes
coreografías de combate cuerpo a cuerpo.
Por: Andrés Felipe Durán García.
Twitter: @andrefdurang
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