María Úrsula es la protagonista de ‘Lapü’, alguien a quien no vemos, no sentimos, no escuchamos y mucho menos lloramos. Ella es la prima fallecida de Doris, una indígena wuayúu que debe cumplir con un ritual donde la vida y la muerte se conjugan en tradiciones y llanto. Dándonos al final, un único vencedor del paso del tiempo: los sueños.
Explorar las imágenes de ‘Lapü’ es escudriñar el interior de nuestra propia mortalidad y ser parte del patrimonio audiovisual de nuestro país. La cámara se dedica a formar su propio universo de imaginería religiosa y política, ayudada por un sonido natural que te hace sentir como la brisa golpea tu cara. Así es, la película te adentra y no es necesario el 3D para ello.
La cinta nos acerca a la búsqueda de respuestas a las preguntas que en algún momento de nuestras vidas nos hacemos: ¿quién soy? ¿Por qué existo? ¿Qué es la vida y la muerte? Interrogantes para los que tenemos cada uno respuestas diferentes, unas basadas en la fe que profesan y que en muchos son solamente conceptos que se transmiten de generación en generación, algo “heredado” y que por ser inculcado de padres a hijos con cierto autoritarismo no admitían cuestionamientos que al ser resueltos son la mejor manera de construir bases firmes respecto a lo divino y lo humano.
En Colombia se habla el español y el Inglés creolés de San Andrés y Providencia, y se habla una lengua nueva que nació en Palenque, y desde antes de la llegada de los conquistadores existían diversas voces. En Colombia han sobrevivido 87 pueblos indígenas que hablan 65 lenguas amerindias.
Lo más impactante de la cinta es el juego de sombras y luz en las escenas y el suspenso que se maneja en el ritual de desentierro y en el ritual de sanación espiritual. La sencillez de los actores rivaliza con el duelo de sentimientos que reflejan: Pasiones, deseos, anhelos y por así decirlo, estigmas que nos marcan para toda la vida.
Polanco y Jaimes, sus directores, realizan su primera película, a pesar del escaso presupuesto con que contaban –la idea original era hacer un corto con este-. Pero gracias a su metodología de trabajo que se impusieron podemos disfrutar de este gran aporte al cine colombiano: el haber demostrado que el cine requiere una investigación científica, que este mismo es instrumento de investigación y que no sólo no está reñido con el arte -ya lo menciono en su crítica a esta cinta el periodista del The Hollywood Reporter, John DeFore, “un debut estéticamente seguro que encajaría tanto en las galerías de arte como en los cines"-, sino que la solidez de su puesta en escena depende de su construcción auténticamente cinematográfica.
‘Lapü’ no es una película fácil. El estilo impresionista o quizás surrealista de los cineastas, no va a ser grato para la audiencia popular. Se trata de una bella película enfocada específicamente en espectadores sensitivos, aquel que disfruta del llamado “cine arte”, que en nuestro concepto corresponde mejor a una propuesta de fuerte tono sociológico, llevado a una puesta en escena figurativa, plena de símbolos y densa en su narración.
No hay duda de que este sector del público se va a sentir maravillado con la propuesta del filme, merecedor en el reciente Sundance 2019 de una proyección ante la crítica internacional. Es la típica cinta ‘festivalera’ que pone a los críticos a llenar muchas cuartillas con descripciones oníricas y explicaciones subjetivas de toda clase.
En conclusión, explorando el ser en el tiempo y los cambios de tiempo en el ser, en la pesquisa del sentido de la vida y con una espléndida puesta en escena, ‘Lapü’ es un poema visual que hay que apreciar con actitud de concentración y sin prisas.
POR: Andrés Felipe Durán García
TWITTER: @andresfdurang
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