CORAZÓN BORRADO
¿Puede un heterosexual hablar de
homosexualidad?
No es fácil identificarse con una “minoría” en una sociedad donde el
respeto llega hasta la puerta de la casa y donde no les es permitido entrar.
Nuestra “polémica” publicación del sábado pasado nos topa con otra “minoría”
(al menos en la página de SÉPTIMO ARTE Cine y Teatro) que lamentablemente en
el mundo en que vivimos parece ser la “mayoría”. Desde la comodidad de su
hogar escribieron improperios contra nuestra publicación y seguidores de
la página, además de comentarios más soeces y contundentes en contra del que escribe
estas líneas.
Repasemos un poco de historia cinéfila para entrar en contexto: Fue en
1961 cuando en una película llamada ‘Victima’ un personaje nombró la palabra
<<homosexual>>, la palabra había llegado al cine y no precisamente
por la puerta “de atrás”. Cabe agregar para conocimiento de aquellos “puritanos”
que tal vez me lean, que tras este destape en la gran pantalla: el mundo no se
acabó. Un mundo el cual, según muchos de los adalides de la moral nos comentaba
en nuestra publicación, llegaría a la extinción por la falta de procreación.
Algo que en la actualidad parece imposible, pues en algunos países asiáticos
incluso se han dictado leyes como la política de un hijo por pareja o política
de hijo único, para disminuir la población establecida en zonas urbanas de
China, vigente desde el año 1979 y con el objetivo de establecer un radical
control de la natalidad que reduzca el crecimiento de la población excesiva o
superpoblación.
Volvamos a la historia para entender mejor estos comentarios
holocausticos que nos dejaron aquellos habitante del paraíso en estado de desasosiego
ante el riesgo de contaminación por la proximidad del infierno en nuestra
publicación: Los movimientos pro derechos de los homosexuales tuvieron sus
inicios a principios del siglo XX, sobre todo en Alemania, la catastrófica I
guerra mundial frenó estos impulsos “rosas”, ya que muchos hombres perecían en
los campos de batalla y la continuidad de la humanidad corría peligro. Lo cual
motivo a los fieles conservadores a tocar las trompetas de Jericó contra estas
voces que emanaban igualdad y que aún hoy en día resuenan con igual contundencia.
Como puede ver amigo lector -bueno…espero que sea amigo al menos de la
página- me he centrado exclusivamente en los homosexuales o bisexuales varones,
dejando a las mujeres lesbianas para otra ocasión, que espero halle pronto.
Pero, no desaprovecho de nombrar -y tal vez con cierta morbosa fascinación por
escandalizar al amigo lector puritano…bueno si lo hay aún en nuestra página y
además por ser pertinente a la película que me compete-, el episodio bíblico
de Rut y Noemí que es fundacional de la civilización judeocristiana. En usted
querido lector está en “profundizar” en el tema.
Ahora centrémonos en las películas de temática homosexual. Estados
Unidos por su extensión – y no solo de territorio sino de gustos – es lo
suficientemente fuerte para garantizar que una producción gay sea un éxito en
taquilla. Pero en Colombia me asaltan estas preguntas: ¿Aceptamos ir fácilmente
a ver una película sobre el tema de la homosexualidad o estigmatizamos dicho
producto porque nos odiamos a nosotros mismos e idolatramos la figura del
hombre hetero o quizás la homosexualidad masculina es algo que se sabe que
existe y que muchas veces la tratamos con desprecio en público, pero que
lloramos o aceptamos en la comodidad del hogar a través del DVD o el servicio
de streaming? ¿Tienen miedo las distribuidoras de relacionar películas de
contenido diferente al homosexual con medios abiertamente gays, pues puede
limitar su aceptación por el público general y ser tratada dicha película de
forma displicente en taquilla? ¿Podemos los heteros como yo tener amigos homosexuales,
que van a las funciones de prensa igual que nosotros sin que a puertas cerradas
se nos juzgue ese abrazo sincero o esa mirada de cariño por el otro y que
además al terminar la función no nos señalen como a los judíos a la entrada de
Auschwitz, dejándose entrever en sus miradas entre otras frases: “a mí no me
importa que lo sean mientras lo hagan en casa”?, por citar alguna que usted
querido lector puede leer sin sonrojarse.
Aún no sé las respuestas a las anteriores preguntas, y no las sabré hasta que algunos de los “queridos” invitados a los ensayos de prensa, dejen de mirarme con ojos inquisitorios, por aceptar entre otros al buen amigo de Andrés Useche, fundador y director del sitio web ‘Fundación colectivo hombres gay’ (a quien nombro para darle veracidad a este escrito) o hasta que empiecen a estrenarse filmes donde usted paciente lector pueda participar, sin ser gay, en páginas de contenido abiertamente homosexual sin sentirse insultado, sea un desafío a su tolerancia o una traición a su familia.
No hay indicios de que las cosas cambien en un futuro inmediato, mucho menos cuando el “público en general” al tratar de defender la sagrada familia deja rastros de odio, homofobia y calumnias a viva voz, como pueden evidenciar al leer la sección de recomendaciones y opiniones que nos dejaron nuestros “fieles y devotos” seguidores en SÉPTIMO ARTE CINE Y TEATRO, tras la publicación de nuestras “polémicas” fotos de una pareja homosexual el día de su boda…El arco iris no es tan brillante y cálido como se ve, más bien es gris y frío.
POR: Andrés Felipe Durán García
TWITTER: @andresfdurang
Culturas erróneas, religiosos hipócritas..... lo único que debería existir es el amor y el respeto a nuestros hermanos.. basta YA de tanta ignorancia.
ResponderEliminarVivimos en un mundo de doble moral, donde no hay tolerancia e influye la parte económica. La sexualidad de libre escogencia, hace al individuo feliz. Pero todavía hay quien sensure y señale.
ResponderEliminar