4 malos hábitos que deberías evitar por las mañanas

Seguro que ya has notado que cuando duermes bien y te levantas
con la sensación de haber descansado en condiciones, el día se te hace
menos pesado. ¿Y verdad que los días que no has dormido todo te resulta
un esfuerzo? ¡El cómo te levantas por la mañana determina el resto del
día!

Aquí tienes una lista de hábitos que deberías empezar a evitar por
las mañanas y consejos para mejorarlos. ¡Empieza el día con energía!
1. Atiborrarse a dulces en el desayuno
Imagino que en el desayuno no te pones a comer tartas y alimentos muy
pesados, pero recuerda que los dulces como las magdalenas, los gofres o
los cereales también están llenos de azúcar
y carbohidratos. Están deliciosos y te alegran el desayuno, pero en
cuanto te baje el nivel de azúcar sentirás hambre e irritación.
En vez de empezar el día con un desayuno cargado de azúcar y carbohidratos, te recomiendo prepararte un batido saludable.
La fruta te ayudará a calmar las ganas de consumir azúcar y, al mismo
tiempo, te aportará grasa saludable y proteína si le añades leche de
coco, polvos proteicos, colágeno o alguna otra mezcla del estilo.

2. Comer aunque no tengas hambre
Se suele decir que el desayuno es la comida más importante del día
y en parte es cierto, porque para mucha gente sí que lo es. Pero no es
una regla que se debe aplicar a todos. Hay personas que prefieren no
desayunar y si se fuerzan a hacerlo, el resultado suele ser más negativo
que positivo.
Si eres de los que se saltan el desayuno, a lo mejor te interesa
ayunar de manera intermitente. Hay muchos tipos de ayuno, pero uno de
los más fáciles es el 16/8, en el que ayunas durante 16 horas
(idealmente después de cenar, hasta el almuerzo del día siguiente) e
ingieres alimentos solo en un espacio de tiempo de 8 horas. El ayuno
intermitente ayuda a perder peso, reducir las inflamaciones, mantener
una buena salud cardiovascular y a estabilizar el nivel de sangre.
3. Saltarse los entrenamientos matutinos
No es cosa de todos entrenar por las mañanas. Pero si eres de los que
disfruta entrenando por las tardes (o incluso si no te gusta entrenar),
te aconsejo ponerte la alarma y hacer ejercicio por la mañana de vez en
cuando.
Poner en marcha la sangre con ejercicio físico es un buen modo de aumentar el nivel energía
sin necesidad de cafeína. Si entrenas demasiado tarde, comprometes la
fase de recuperación debido a la adrenalina que acabas de darle al
cuerpo, mientras que un entrenamiento matutino te ayuda a mejorar la
calidad de sueño. Además, este último te ayuda a activar el metabolismo,
quemar más calorías durante el día y a aumentar la productividad. Las
personas que entrenan por la mañana suelen decantarse por las opciones
más sanas.

Para evitar perder el tiempo cuando entrenas por la mañana, te
sugiero dejar todo preparado la noche anterior. Puedes dejar en el
frigorífico la comida para llevar al día siguiente, preparar la ropa que
te vas a poner o cualquier otra tarea que te lleve un tiempo en tu
rutina matutina. Si minimizas todos los pasos que das por las mañanas,
podrás dormir algo más y sentirás menos pereza para entrenar.
4. Beber cafés cargados de calorías y azúcar
¿Un café con leche? Perfecto, pero recuerda que los cafés con azúcar,
crema, sirope, caramelo o similares están llenos de calorías. ¡Y eso
sin contar las del desayuno! La mayoría de azúcares y conservantes te
dejan con hambre, así que lo normal es ingerir algo más contundente a
pesar de haber superado la cantidad de calorías correspondientes a una
comida.
Si aún así decides que quieres tomar un café bien cargado, puedes
probar a prepararte un café “antibalas”, que consiste en añadir grasas
saludables (mantequilla de pasto o ghee) combinadas con aceite de MCT.
El resultado es una taza de café sin calorías vacías, que te dará la
energía que necesitas y te aportará grasas de calidad para calmar el
hambre.
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