'Amparo' es una madre separada que tratará por todos los medios y a costa de su propia integridad, la exoneración del servicio militar en el Caquetá de su hijo tras ser detenido a la fuerza en una pesquisa del Ejército. Actualmente en nuestro país la guerra interna sigue siendo alimentada con el sufrimiento de las madres colombianas.
'Amparo' es un símbolo de la determinación que genera un sentimiento real en nosotros. Su director Simón Mesa cincela para dar forma a una maliciosa y perturbadora realidad que todos conocemos, pero evitamos hablar.
En este melodrama la cámara es atemporal, las pistas que recibimos para ubicarnos en los 80s vienen dadas por los diálogos y unos cuantos decorados y utilería, pese a ello cae en un anacronismo a causa de los billetes utilizados en la película, una nimiedad que no le resta para seguirla disfrutando ya que nuestra conciencia dramática torna lo nuevo en viejo.
La perspectiva de los ochentas coexiste reunida en una única y doliente postura problemática que invade nuestra cabeza y corazón, arrojando luz sobre nuestra realidad colombiana que aun sigue luchando con su inconsciente y aletargado proceso de reparación integral de víctimas del conflicto armado interno.
Filmada con honestidad y sobriedad, 'Amparo' es el retrato de la soledad mientras estamos rodeados de cientos de personas, acá desdibujadas, alejadas y fantasmales por la cámara; haciéndonos comprender el desencanto del día a día en nuestra sociedad.
Podría parecer más terror que drama: violación, zozobra, oscuridad, corrupción, impotencia; sucesos y sensaciones que subyugan a nuestra protagonista con todo su poder. Al final, nos queda el carisma libertario y marxista de la actriz Melissa Torres (Amparo) atrapada en una sociedad que ha emprendido un camino sin vuelta atrás hacia el capitalismo más salvaje y bélico.
Me emociona la idea de recomendar un guion inspirado en eventos reales donde vemos como atentan con los fundamentos de la institución familiar, además de facilitar cualquier vínculo con Amparo debido al tema universal de la reificación de nuestros cuerpos en la actualidad. Nos estamos acercando hacia las peores aberraciones ideológicas, el cine siempre lo ha sabido y su misión es remover esa costra que no nos deja vivir humanamente.
Si le pusiéramos más atención a este tipo de "ficciones" no sacrificaríamos tan a menudo nuestra realidad. La invitación es para que vayan, disfruten y compartan una película que no solo les tocará los sentimientos, también el alma.
Por: Andrés Felipe Durán García
Twitter: @andresfdurang
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