Naces en un barrio pobre, te acomodas como puedes en algún lugar de invasión y pronto construyes tu rancho, siempre en zonas de peligro según las alcaldías, empiezas a tener hijos hasta que te aburres o tu cuerpo no da más, esperando que alguno te saque de esa miserable vida donde muy conforme quisiste estar, tanto que tu hijo delinque o sea un trabajador a la sociedad.
Algunos si estan leyendo el primer párrafo dirán y "¿éste qué sabe?", "otro hombre creyendose con el derecho de hablar de maternidad y de mujeres" o "¿y esta no era una página de cine?"...
Resulta que la mujer del primer párrafo es mi madre, el rancho se construyó en el patio de mi abuela con tejas y clavos, donde cada vez que llovia nos teníamos que entrar a la casa de la abuela porque ese "hogar" era un pararrayos gigante, los hijos fuimos los tres del matrimonio entre mi papá y mamá. Además de mi hermano por parte de madre que fue "abandonado". Todos con algo en común: POBREZA.
Aquellas familias que llamamos normales, para algunos, viven en un mundo primitivo, la reprodución es una forma obligada de adaptación y defensa, un mecanismo de supervivencia para aplastar al destino, una especie de ruleta rusa donde la matriarca espera no autodispararse con una constante frustración o el desprecio de alguno de sus retoños. Un instinto primario que conlleva sangre entre las piernas para poder huir cuando surja un caudillo que pueda entregarle a su madre esa comodidad de la cual adolece.
Y es que madre no hay sino una, pero en cuanto a naturaleza se refiere, pues es una emoción que las hembras animales no comparten, el instinto de la naturaleza es básico como el afecto, pero más puro que el de cualquier humano. Incluso me arriego a decir, que más fuerte que el de aquella madre que planificó y modeló su vida para ser una madre ideal.
Y es que algo tiene de presuntuoso ser madre, para algunas esa amígdala que las domina revisa toda la información que les muestra los medios, la farandula, las revistas e incluso su familia y que fluye por sus sentidos, controlando sus emociones de afecto y miedo a la soledad. Generando ese instinto maternal para extirpar dichas emociones, y es cuando viene la elección.
Cuando eres conciente de con quien te quieres casar o al menos tener un hijo, ese hogar es pleno, se traen hijos por el solo hecho de llevar una "vida normal" y conforme a tu éxito laboral, porque un hijo cuesta y mucho. Pero si el sentimiento es provocado por estímulos externos sin fundamento o con base en creadas o manipuladas teorias de supervivencia o plenitud para ser mujer, se vuelve una familia irreal, tangible pero falsa.
"El miedo es un salvaguarda que puede ser mal utilizado" Elías Letelier.
No puedo decir lo que se siente ser adoptado o abandonado, pero si lo que es vivir en una familia sin amor, donde naces como un objeto de producción, esperando se den los frutos a la inversión, aunque tu sueldo sea mínimo tu madre te hace sentir como rey con tal de que aportes a ese crédito que generaste al nacer y que debes cumplir con lealtad cada mes.
"Estuve contigo" te dice ella, es una sensación intensa, incómoda o placentera no exenta por la ley. No importa si ese hecho se dio sin plena conciencia de tu ser, acá casi siempre la decisión es de la mujer, y digo casi, porque aún hay muchas a quienes se les impone el yugo de la procreación sin ellas tenerselo planeado: sea por una violación, un descuido o simple reproche familiar.
Y ese yugo genera miedo como una construcción cultural asociada al tiempo y al espacio en el que nos desarrollamos, al ambiente y a la percepción individual, sobre todo en las sociedades "subdesarrolladas", donde el hombre tiene mayor influencia a causa de explicaciones maniqueas y descaradas. Las que intentan pensar, salirse de esas convenciones y romper con esa misoginia son una feministas y traidoras a las tradiciones familiares. Y el hombre común sigue testarudo ante ese grito de libertad. Tan testarudo como yo, que habla de las mujeres sin serlo ¡y qué!
Y es que lamentablemente el hombre a perdido su capacidad de opinión en estos temas, porque son muchos los que abandonan, maltratan y denigran a las mujeres...hace tiempo publique algo relacionado con el aborto en mi página de facebook y más de una mujer -tal vez con derecho, aunque a mi no me lo parece-, me dijo que no tenía la capacidad ni física ni mental para hablar, opinar o mencionar el tema, "así que callate imbecil".
Por todo lo anterior, los medios de comunicación nos han mostrado que algunos hombres - como yo - solo podemos encontrar terreno fértil para ser escuchados en esta sociedad violenta y "machista", mediante vivencias que no se leen, no se escuchan ni mucho menos se ven. Algún día el hombre común tal vez se llene de sonrisas y alce en hombros hijos e hijas que aunque no sean suyos forman su familia. Dejará su ira y remordimiento por el daño causado en su infancia o aprenderá de esta sociedad que no le generá ninguna culpa por ser un padre que abandona, tolera o maltrata. Despertará, si no nos llega antes la extinción, y lo sorprenderá rodeado de otros hombres, mujeres e hijos.
Por el momento, la apariencia es la base de esta sociedad, así que hoy día de la madre saca tu mejor foto con ella, sonríe, cuéntanos lo feliz que fuiste en tu infancia, se agradable y servicial con tus publicaciones y diviértete, todo esta bien, que tus jefes, amigos y conocidos no se enteren que la realidad es muy dolorosa, triste y aburrida.
Por: Andrés Felipe Durán García
Twitter: @andresfdurang
Comentarios
Publicar un comentario