NUBIA GARAVITO, UNA MUJER CIEGA QUE PIDE INCLUSIÓN, IGUALDAD Y OPORTUNIDADES

CRÓNICA DE MUJER CON DISCAPACIDAD VISUAL

“Somos personas iguales que merecemos las mismas oportunidades”

Hoy queremos destacar a una mujer que venció sus miedos e inseguridades para salir adelante. De niña, disfrutaba correr, jugar, bailar y hasta hacer mandados. En el colegio se destacó por ser la mejor estudiante de su promoción y a lo largo de su vida ha enfrentado las adversidades con su mejor sonrisa.

Ella es Nubia Garavito, una mujer de 57 años que a muy corta edad perdió uno de los sentidos más importantes del cuerpo humano, la vista. Un glaucoma congénito y un mal procedimiento quirúrgico en una clínica de Bogotá fueron los causantes de su ceguera.

Desde que nació, sus padres tenían conocimiento de la enfermedad y tomaron las medidas necesarias para hacerle frente. Su padre, relata Nubia, le explicó desde muy pequeña todo lo que debía saber sobre el glaucoma y le enseñó la escritura en braille, lo que hizo que su paso por el colegio no fuera tan complicado, pese a que la mayoría de sus amigos se alejaron cuando perdió la visión.

Al principio de su ceguera, le daba miedo caminar y salir sola, pero con el apoyo de su familia logró ser la mejor estudiante de Bachillerato. Para Nubia, su discapacidad visual le enseñó a ser más constante y luchar por lo que la hace feliz. 

“Uno aprende a ser más independiente y le toca a uno, quiera o no, buscar otras oportunidades, ser más constante en las cosas; luchar un poco más y tener una fuerza de voluntad para tratar de superar los obstáculos”, comenta.

Con el tiempo, Nubia conoció el Instituto Nacional para Ciegos – INCI y empezó a participar de forma activa en sus programas, lo que le permitió vivir con más independencia, activar su vida social y acceder a servicios que le daban una mejor calidad de vida.

Hoy en día, las personas con discapacidad visual cuentan con varias alternativas de apoyo a su desplazamiento, como dispositivos tecnológicos o el mismo bastón. Sin embargo, Nubia optó por un perro lazarillo, que no solo la guía en su caminar, sino que también la acompaña día y noche.

Venus es una perrita de raza labrador que va con Nubia a todo lado, está atenta a cada uno de sus movimientos y sabe que su única responsabilidad es el bienestar de su ama.

Nubia ama leer. Admira a Helen Keller, una escritora sordo ciega de origen estadounidense que, con sus textos, la hace sentirse empoderada. “Todo lo que hizo en el mundo y todo lo que escribió es un ejemplo de vida para mí”. 

Actualmente, Nubia está buscando oportunidades para emplear su tiempo, pero afirma que “la situación está complicada”. Le encantaría ocuparse en actividades como la enseñanza del braille y compartir sus conocimientos con personas que les interese aprender. 

 

“Infortunadamente no tenemos cultura social y creo que el hecho de tener una discapacidad no quiere decir que uno no sepa, no conozca o que sea una persona aislada del mundo”, relata.