El Instituto Nacional para Ciegos – INCI exalta
la labor de los docentes con discapacidad visual y su esfuerzo por hacer que la educación sea inclusiva.
Luis Evelio López es docente hace seis años.
Él sabe que los niños a los que a diario enseña hacen parte de la futura
generación del país y confía en que todos ellos serán grandes seres humanos.
A diario los escucha hablar,
reír y hacer una que otra picardía, pero dice que “son niños muy juiciosos”,
sabiendo que no los puede ver. Su ceguera lo obliga a utilizar nuevas
metodologías de enseñanza para asegurar que sus estudiantes comprendan los
contenidos y no se aburran en su clase.
“Soy privilegiado porque
puedo tener en mis manos a todas la profesiones del mundo. En el aula estoy con
niños que, de grandes, algunos serán periodistas, otros maestros y algunos
pilotos”, explica con ilusión Luis Evelio.
El docente, que dicta en
Primaria las asignaturas de Matemáticas, Español, Ciencias Naturales y
Sociales, planea sagradamente los contenidos de cada clase, no solo para lograr
que sus estudiantes aprendan algo nuevo, sino para que mantengan la disciplina
en el aula.
“Tengo dominio de grupo y,
además, soy músico. Entonces todos los días llevo mi guitarra y canto con los
niños antes de comenzar cada clase. Para asegurarme de que se van a portar
juiciosos, organizo el salón en cuatro filas y nombro un líder por cada una
para que me colabore con el orden de su fila”, cuenta el docente.
Aunque reconoce que sus
estudiantes son juiciosos, Luis Evelio tiene colgada en la puerta de su salón
una campanita que le indica si en algún momento alguno de sus estudiantes se
sale del salón.
Luis Evelio ama su trabajo,
sin embrago, reconoce que no es fácil para un docente con discapacidad visual
acceder a contenidos académicos y curriculares. Por eso, se inventó lo que
bautizó como ‘El tablero didáctico’, que tiene números y signos de operaciones
en velcro, lo que les facilita la enseñanza de Matemáticas a sus estudiantes.
“Con ese tablero les enseño
a sumar, restar, dividir y multiplicar. Es muy práctico porque así puedo
identificar a través del tacto las figuras y les expongo a los niños cada operación matemática”, cuenta Luis
Evelio.
Aunque todos sus estudiantes
son videntes, el profesor hace parte también del aula de apoyo de su
institución educativa, en donde enseña a un niño con discapacidad intelectual y
trabaja en los ajustes razonables para su enseñanza.
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