FETICHE POR LO SONORO

Arduo es el trabajo de la crítica al desentrañar obras que no solo tienen la intensión de entretener sino que además nos revelan esos sentimientos o miradas de los directores. Creería que es un poco pretensioso enumerar los aspectos buenos o malos de determinada creación, más cuando esos aspectos los dicta no solo la razón sino el corazón… así es ‘Fait vivir’, una película que entretiene pero que deja su impronta de “cine de autor”.

‘Fait vivir’ nos muestra el viaje por 6 años en Colombia de la Gypsy Kumbia Orchestra, agrupación de músicos de varias partes del mundo y con su sede en Montreal, Canadá.

La Gypsy nos lleva con su música e historias de vida, mezcladas con la fantasía de su obra ‘Makondo’, por una pequeña parte de la geografía colombiana. Una diáspora personal donde la tragedia y la alegría, la música y la danza, fertilizan el cine de Óscar Ruiz Navia; un cine con la fuerza de dejar rastros vivos en el alma y los corazones de los espectadores y al mismo tiempo, continuar ese universo que proyectó con ‘Los Hongos’ y ‘Epífania´.

Este viaje no lo emprendemos solos, nos acompaña la narración de Manuk Akán, hijo de una pareja de la agrupación, que a través de su mirada nos sumerge en su realidad (el viaje de la banda) y en su imaginación (la obra ‘Makondo). No debemos hacer mucho esfuerzo para conectar con la dimensión del “personaje” ya que nos resultará una historia cercana. Como ejemplo personal, hay una escena en donde se escuchan explosiones y se ve a una familia corriendo, de inmediato conecte con esa imagen, dándome una sensación cálida, pero a la vez de zozobra ya que no puedes evitar que lo que conocemos del conflicto armado se mezcle incómodamente con el manejo de la imagen y el sonido. Finalmente todo salió bien.

Y eso es precisamente lo que atrae y busca el cine de Óscar Ruiz Navia, su manera de contar historias en un marco de realismo. ¡Son como son!

Ahora bien, hay un gran sector del público colombiano que persigue el entrenamiento banal, así que es importante que exista la alternativa de encontrar películas que a simple vista parecen historias simples, pero terminan ofreciendo una gran profundidad textual, psicológica y humana. También así hay que contarlas, con total sencillez.

Finalmente me queda invitarlos no solo a ver sino a escuchar a los integrantes de la Gypsy Kumbia Orchestra, en una película que disfrutaras como si se tratara de un relato de Diana Uribe, pues conocemos algo del pueblo rom (gitano) y el pueblo africano quienes encontraron en la música una forma de seguir adelante como cultura y apreciamos como el mítico pueblo de ‘Makondo’ deja de ser ficticio para insertarse en tu hogar e invitarte a disfrutar, bailar, cantar, viajar y VIVIR.

Por: Andrés Felipe Durán García

Twitter: @andresfdurang