Llegan las vacaciones de fin de año y es usual que se piense en el traje de baño, los accesorios que combinen y las prendas que se empacaran para el viaje. Pero pocas personas se detienen a pensar en cuidar su piel y menos la población que más se expone al sol: los jóvenes.
Los rayos del sol, el
calor, la humedad y el cloro causan estragos en la piel, por lo que aumenta la
probabilidad de desarrollar arrugas, manchas solares, brotes, irritaciones,
resequedad en la piel o lo que es peor, cáncer de piel. Este daño en la piel es
muy frecuente y se empieza a notar con los años ya que el efecto de las
vacaciones es acumulativo. Es por esto que los jóvenes no se protegen y piensan
que el daño de la piel sólo se presenta en personas mayores.
La doctora Olga Forero dermatóloga, afirma que
“desafortunadamente en cuanto a los adolescentes la vanidad prima por encima de
todo, mientras persista la percepción de que el bronceado es belleza, los
adolescentes se tenderán bajo el sol para obtenerlo”.
Sin embargo, se
debe evitar broncearse ya sea
directamente bajo el sol o en cámaras bronceadoras porque tanto la radiación
ultravioleta del sol como la de las cámaras se acumula en la piel produciendo
daño de las células y es esto lo que genera arrugas, manchas y cáncer de piel.
También es importante tomar líquidos frecuentes para estar hidratado y tener a
disposición gorras, sombrillas y ropa para protegerse.
Una
encuesta realizada por la Academia Americana
de Dermatología en el 2015, entre 505
adolescentes, 254 hombres y 251 mujeres desde los 12 a 17 años, encontró datos
alarmantes de esta problemática: el 66 % de ellos piensa que las personas se
ven mucho mejor bronceadas y por ello buscan el sol frecuentemente.
Las
chicas en general se protegen mejor que ellos: El 53% de ellas usan protector
solar frente al 33 % de los chicos.
La dermatóloga Olga
Forero brinda los siguientes consejos:
Refuerza la
protección solar Escoger
productos con protección de espectro amplio y factor de protección solar mayor
a 30. Aplicar siempre antes de salir,
reaplicar cada dos horas y después de nadar, proteger la piel diariamente
incluso en días nublados.
¡Exponerse al sol
con moderación! Tomar
el sol únicamente antes de las 10 am o después 3 pm, utilizando protección
solar en cara y cuello.
¡Proteger los labios
del sol! Hidratar
los labios con un protector para evitar que se deshidraten y provoquen
molestias.
¡Utilizar ropa
protectora! No
se te olvide empacar, blusas manga larga, sombreros anchos y lentes de sol para
protegerse del sol.
¡Limpiar la cara dos
veces al día! Mantener
los poros libres de suciedad y posteriormente hidratarla.
¡Utilizar el
antisolar adecuado para la piel de los jóvenes! En adolescentes
utilizar antisolares libres de grasa pero que resistentes al agua y al sudor.
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